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En primer lugar, hay que tener en cuenta que no se trata de envasar sólo bocadillos, sándwiches, patatas fritas o pollos asados para llevar. Los clientes buscan vivir el conjunto de experiencias que se viven en el restaurante en el comedor de su casa, por eso piden menús enteros, con su entrante, primero, segundo y postre, y es necesario que todo esto sea transportado sin que pierda su esencia, ya que una buena o mala entrega influirá en la fidelización del cliente. De esta manera, los puntos clave a tener en cuenta son los siguientes:
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Resistencia y calidad
Para empezar, uno de los elementos más importantes es que se tiene que ofrecer un envase de calidad, que sea atractivo a los ojos del cliente para que no se pierda la ilusión a la hora de consumirlo, y sobre todo que sea resistente y mantenga la temperatura inicial de la comida el máximo tiempo posible.
Además, hay que escoger muy cautelosamente el material del envase teniendo en cuenta qué tipo de alimento se servirá. Si son alimentos fríos no habrá ningún problema, pero si son calientes y se debe hacer un trayecto largo del restaurante al domicilio del consumidor debería escoger un material que mantenga la temperatura. Por otra parte, si se ha de transportar un alimento que contenga alguna salsa, es recomendable ponerla aparte, de esta manera se evitan derroches.
Sostenibilidad
Hoy en día, el cuidado y preservación del medio ambiente es una premisa con la que tanto empresas como consumidores están considerablemente comprometidos. Según un estudio llevado a cabo por AECOC, una de las quejas más habituales de los consumidores tiene que ver con el exceso de materiales superfluos como el plástico y de envases de tamaño desmedido. Por esta razón, es fundamental que se evite el plástico y se utilicen materiales 100% reciclables como el cartón corrugado, los envases de celulosa o bien los de caña de azúcar, y que éstos se ajusten a la dimensión de cada producto aprovechando al máximo el recipiente.
Volumen y medida
Como se ha mencionado anteriormente, el envase debe adaptarse al producto, y no debe ser ni demasiado grande ni demasiado pequeño. En caso de ser grande, los clientes percibirán una sensación negativa al ver el envase medio vacío, y en caso de ser pequeño, la comida rebosaría y quedaría toda la tapa manchada, dándole al cliente una mala primera impresión.
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Personalización
Aparte de personalizar el envase con el logo de tu empresa para marcar la diferencia con el resto de establecimientos, también es importante tener un detalle con el cliente e incluir, por ejemplo, una nota con su nombre y una frase deseándole una buena comida. Y por último, también es positivo si se incluyen unos cubiertos y unas servilletas, ya que se dará una buena imagen del restaurante y del negocio en general.
En definitiva, a la hora de escoger el envase adecuado para tu establecimiento, se debe intentar encontrar un equilibrio entre comodidad, practicidad, calidad, diseño y sostenibilidad, adaptándonos al tipo de comida que se elabore en el establecimiento.
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